Nuestro libro de camino a casa

Las hojas se mueven con su distintivo vaiven, la copa de los árboles brilla, pues encima de ellas se asoma los rayos más sutiles que también tocan las pieles de los transeuntes. Y yo siempre dispuesto a ver la misma obra, En la carretera a la misma hora, aunque en casos remotos donde saliera más tarde del trabajo no dejaba de pensar en ello. Bueno fue otro dia de esos, alli sentado en un inmenso bus con muchas personas con las que mi mente ya se habia familiarizado, a unos pasos delante de mi, estaba la dama de edad con su bolso y sombrilla bajo la axila, mientras miraba de reojo y frunciendo el seño a su costado, a tan solo un puesto de ella. un caballero llevando a su hijo en brazos, el cuál siempre atendia llamadas recien se montaba, evitando la torturoza maña llamada cordialidad de saludar, un poco más lejos estaban el tipico grupo de cuatro amigos que venian hablando de su pubertad y lo que hicieron en la escuela sin parar de reir como si hubieran consumido todos los dulces de la cafeteria. En la silla al frente mio estaba ella, la chica de boina y bufanda de colores con la cuál siempre jugaba a la lleva de miradas, en donde si alguno era observado mirando terminaba con una sonrisa y mejillas sonrojadas, como dos pequeños tontos ingenuos, que nunca habián pasado por ello, una atracción que pocas veces logré sentir, pero que cuando lo hacía no habia terminado del todo bien, con las manos sudadas y con pequeños destelloz de epifanias que me llevaban a un paisaje idilico, si como lo leiste, todo un lunático, así que, siempre intentaba ocultarme detras del mismo libro, en resumen esa era mi cotidiana y maravillada rutina de vuelta a casa, aunque confieso que ha sido mi semana más agotadora, pero no lo única, ya llevo así en ese mismo paisaje desde hace tres años. Aunque…

Aunque quizás eso a lo que llamamos hoy será diferente….

Ella se levanta de su silla mirandome fijamente como esperando que yo me decidiera a ir por ella, pero no había poder humano que me hiciera cambiar de palabra, claro hasta que llegó una estampida de personas en la parada la cual interrumpio todo el momento, ella miraba de reojo de nuevo, mientras se sostenia de la baranda del bus, yo por mi parte intentando no oir el pequeño que se sentó a mi lado con su mamá la cual no dejaba de bociferarle que se quedara quieto,

tomé mi libro lo guardé en mi morral me disponia a timbrar para bajarme del bus, pero mi mente me traicionó andaba pensando tan alto que dije su nombre, Luci aquel que habia escuchado por una amiga que se subio una vez con ella. y claro como era de esperar mire hacia otra parte por lo rojo y apenado que me habia puesto, hasta que alguien tocó mi hombro, diciendome -“ya puedes bajar” contesté, “aun me falta una parada” sin mirar quien habia sido la persona que me habló, pero claramente escuché su voz.

así que baje del carro, ella me pasó el libro, se me habia caido del morral, pero para causar más pena ella me preguntó, “¿escribiste esto por mi?” quedé inmovil varias personas me pidieron quitarme de la puerta de salida si no me iba a bajar, recordé inmediatamente lo que venia rayando muchas semanas atras,

Aunque quizás ella no lo sepa, yo siempre llevaba el mismo libro que ella me dio.
Aunque quizás ella no lo sepa, yo siempre le dedicada la misma frase.
Aunque quizás ella no lo sepa, su presencia no deja de hacerme hervir la sangre al bombear mi piel.

Bajé del carro inmediatamente esperando verla, pero no estaba allí, observé a mi alrededor y no sabía ni a donde me habia bajado, pero tenia la sensación de ya haberlo visto, lo eché a la suerte y me dirigí a la izquierda a unos cuantos metros vi la silueta de una mujer de edad, la intenté alcanzar para preguntarle donde estaba, pero desapareció delante de mi, corrí aterrado hacia el lado contrario y pude verla era ella Luci, al mirarme sonrío y me extendío su mano no podía contenerme era un momento que había esperado como un niño, pero al tocar y entrelazar nuestras manos, todo era claro, un bajón de recuerdos recorrio cada rincon de mi, ahora comprendia que Luci habia llegado a la cita a la cual yo llevaba esperandola ya hace tres años.

Jhony Her Lop

Dejar un comentario

Web construida con WordPress.com.

Subir ↑